Para empezar, no creo que esté mal
By : Alex González
Puede que imbuido por la libertad que dan las vacaciones en cuanto al manejo del tiempo, me he puesto a escribir de nuevo en este blog, aunque soy incapaz de firmar un juramento en el que prometa hacerlo cada semana. De momento, escribo esta jornada. Carpe Diem. Y hago un breve análisis personal de lo que hemos vivido en pretemporada y en el primer partido de liga, teniendo en cuenta que cada vez entiendo menos de lo que llamábamos fútbol y que las canchas, banquillos y vestuarios me quedan muy lejos, aunque cada dos domingos vaya a nuestra Bombonera.
No es de tontos ilusionarse. Más que ilusionarse, motivarse. La actitud de los jugadores no tiene nada que ver con la de la pasada campaña. Y confiar en Cordón no está de más, aunque lo veamos como a 007 con las manos atadas, a punto de sufrir un ataque del enemigo y esperamos que resuelva la papeleta y se suelte... porque, no obstante, es innegable que de calidad vamos tan sobrados como terminamos el año pasado. Por lo que, está bien motivarse, pero sin hacer el tonto.
La defensa no permite pensar en algo que no sea la pelea por los 41 puntos. No ha habido un partido en pretemporada y, por supuesto, en estos noventaitantos minutos que llevamos de liga, en el que no hayamos visto un pifiazo, un marcaje penoso, un posicionamiento descolocado y una llegada a destiempo. Es cierto que en mi casa hemos empezado la liga discutiendo sobre un leve empujón que sufre Akor en área bilbaína:
- Papá, eso no nos lo pueden pitar...
- Si llega a ser al revés, nos lo pitan...
- No creo.
Al momento, un roce leve de espaldas, con los dedos de Nico Williams a Juanlu lo sancionan como falta. Aunque es a favor del Sevilla FC, blasfemo sobre lo que se ha convertido el fútbol actual. El partido sigue.
Pocos minutos después, nos pitaron la infamia que abrió el marcador, cuando el Athletic estaba fuera del partido, con varias llegadas de Akor, Idumbo y Lukebakio, con los laterales desbordados... le dieron vida. Y qué pena que no pueda yo, en mi humilde blog, pensar que lo hicieron queriendo, que todavía hay gente con el argumento ese de la "humanidad", justo dos días después de la reunión del CTA y del informe en el que se dice y explicita que ese tipo de penaltis no se deben pitar... El mencionado CTA ya no lo dirige Medina Cantalejos, pero los violentos provocadores de cada fin de semana siguen siendo los mismos o de la misma calaña. Supongo que ahí debo cortar mi retahíla de adjetivos, para no machar este blog ni que nadie que me lea piense que soy un desequilibrado (los más cercanos no necesitarían el blog para confirmar nada). Tengo un trabajo y una familia que alimentar, como esos árbitros sufridos, y no debo ensuciar lo que ahora se llama "mi imagen personal", que me perjudique porque les llegue a mis jefes o vete tú a saber a quién... supongo.
Antes de llegar al descanso, el Athletic se presenta con un 2-0 que ni ellos mismos se creen y que nos deja como al que le han dado dos hostias sin saber de dónde venían. Ahora vuelvo al tema de la defensa. Ni los laterales ni los centrales me inspiran la más mínima confianza. Pueda valer Juanlu lo que pague el Nápoles de los Austrias y los Borbones, ya se bese el escudo y lo sienta Kike Salas como el mayor de los sevillistas... imposible. No hay partido en el que cuando llega el rival a línea de tres cuartos, no se me suban los testículos a la garganta. Carmona, ni por la izquierda ni por la derecha. Y si, además, por las circunstancias, es obligatorio retrasar a Gudelj... entonces chimpún. Gudelj es mejor cuanto más lejos de nuestro área, siempre disponible para un disparo lejano y nunca marcando al hombre, porque lo pierde... Hay que fichar a un central y darle ficha a Suazo. Los goles llegarán, como están llegando con esta línea defensiva de blandiblú. No se construye como nos gustaría, vale. Pero creo que es más urgente reforzar atrás que buscar un "mago". El juego directo existe y solo hay que saberlo hacer. Pero empezar hay que empezar desde atrás. Y no podemos ni empezar con lo que tenemos. Porque terminar, todo lo que termina con lo que hay, termina mal. El constructor estoy seguro que, cualquiera que sea, cobra como un demonio y su fichaje cuesta más que levantarse temprano. No es prioridad, ahora mismo es un lujo.
Se han visto cosas de Akor, que ya es más que todo lo que hubo el año pasado. Seguimos con bastante dependencia de Lukebakio, pero para eso están las estrellas, para que resuelvan. Vi a Januzaj con ganas, pero me fío muy poco, como es lógico. Ni entiendo con qué vergüenza torera se presenta el tío para volver a la oficina, como el que no tiró el portátil a la basura, se meó en la mesa del jefe y provocó un incendio... en fin, ya veremos en qué queda.
Del resto, poco cambio. ¿De qué juega Sow? Es algo así como un segundo punta... no sé. La verdad es que si al nota lo ponen todos los entrenadores que hemos tenido desde que lo fichamos, imagino que será una pieza fundamental... Pero entender, no lo entiendo.
¿Algo más? Puede ser que se me escape algo. Seguro que sí. Pero como primer post de la temporada, va que chuta. El siguiente partido, siempre el más importante, nos jugamos mucho contra el Getafe, que esta semana ha barrido al Celta con la briega de siempre y con la cara de víctima pobre con la que se presenta en todos lados. Para construir un proyecto, viene bien ir poniendo los cimientos en nuestro campo, que este año, sí o sí, debe ser un fortín.
Foto Agencia EFE.
Decencia
By : Alex GonzálezMe cuesta pensar que he abierto el blog de nuevo para dedicar un artículo al actual Sevilla FC... Fui de los primeros en jugar a periodista deportivo en las redes; hasta que vi que cualquiera podía hacerlo. No se me dan bien los microrrelatos; yo necesito escribir artículos como el presente, en el que no sea necesario reducir al máximo. Y como ahora todo se dice en menos de 140 caracteres, estos posts son aburridos, demasiado extensos, sobrantes. Casi como el Sevilla FC de esta temporada.
Teniendo en cuenta que cada año que ha pasado desde que dejé de escribir en esta web he ido sabiendo menos de fútbol, me puedo permitir la "egocentricidad" de expresar mi opinión. Esto funciona así, ¿verdad? No creo que use demasiados tecnicismos, también los he ido perdiendo; me he convertido en un aficionado de manitas metidas en el fachaleco y respaldo caliente del asiento durante los 90 minutos. Comento lo justo. Insulto lo justo. Aplaudo lo justo. Silbo lo justo. Pero ya basta. Esto es infumable. Ya no soporto más y empiezo a parecer la niña de los unicornios de Gru (¿se nota que ahora tengo hijos pequeños?).
Traigo de la novela de Parque Jurasico (el libro, no la película) el siguiente párrafo, cogido de un diálogo de uno de los protagonistas, Ian Malcom (Jeff Goldblum en el film):
La mayor parte de las distintas clases de poder exigen un gran sacrificio por parte de quien quiera tener ese poder. Hay un aprendizaje, una disciplina que dura años. Cualquiera que sea la clase de poder que se busque. Presidente de la compañía. Cinturón negro de karate. Gurú espiritual. Atleta profesional. Sea lo que sea lo que se persiga, hay que invertir tiempo y esfuerzo. Hay que sacrificar muchas cosas para lograrlo. Tiene que ser muy importante para uno. Y, una vez que se alcanza, es el poder de uno mismo; no se puede delegar: reside en uno. Es, literalmente, fruto de nuestra disciplina.
No sé de accionariados ni historias familiares problemáticas. Solo sé trazos de lo que se atreven a publicar los periodistas y la bilis derramada por redes sociales. Pero estoy muy cansado. El Sevilla FC no es más que otra empresa andaluza, sevillana, de esas que siempre las dirigen catetos con dinero (hay honrosas excepciones, tanto de empresas dirigidas como de directivos con cultura). Pero antes tenían Decencia. Ahora, herederos, ya sean niños pijos malcriados o puretas educados a la sombra de los billetes, y viejos chochos, quieren enriquecerse sin tener idea de cómo llevar una empresa, sin apenas cultura de la comunicación (vaya vergüenza ajena cada vez que hay que escuchar a Castro, Junior...), y sin apenas una migaja de honor o amor propio, orgullo, que les haga salir de allí con un poquito de dignidad. Hay mucho dinero y la codicia les puede. Pero los que se llaman salvadores inspiran menos confianza. Lo que ocurre es que, cuando pierdes un derbi porque no tiras a puerta y no eres capaz de nombrar un once titular, cualquier opción es mejor que la presente. Lo que nunca llegábamos a pensar es que esto de las Sociedades Anónimas traería la posibilidad de que béticos pudieran dirigir la entidad nervionense. Pero, claro, es que lo de la Decencia es más importante de lo que a priori era un simple detalle moral.
No, lo de manifestarse no es buen plan. Para pasar una previa con los colegas, vale, pero por más de negro que te vistas, como un malote, por más botes de humo y cartelitos amarillos que saques, si no tienes dinero puesto, no pintas nada. El fútbol ya no es de los aficionados. El fútbol romántico murió. Y si consideramos manifestarse como un modo de presión, incluso empleando la intimidación, aviso que es absurdo emplear métodos mafiosos con gente que ha sido Mafia toda su vida (o el hijo farlopero con discursos manidos, repletos de clichés y frases maniqueas de un antiguo capo de la Mafia). Porque, vuelvo a insistir, lo de la Decencia es importante. Y aquí les falta.
No puedo ir al Corte Inglés y protestar por que el Belros y el puesto de empanadillas argentinas están en el sótano y ahí no ganen tanto. Porque yo no soy accionista. Y, por mucho que nos hayan engañado con lo de que "el cliente siempre lleva la razón", lo primero, puede que no la lleve, y, segundo, ellos dispondrán según su pasta. Pues como en el club.
Como no sé de familias de Utrera, ni de todo el embrollo de padres e hijos, ni de las opciones existentes, solo puedo entristecerme e indignarme por lo mal que ha gestionado el club todo el dineral que entró por la participación en Champions, por los títulos, los fichajes... y esperar que, en algún momento, en el péndulo de la historia, volvamos a disfrutar del oro de la segunda década de este siglo.
En cuanto a la plantilla, la veo mejor que la del año pasado. Y no porque tenga algún conocido en la dirección deportiva... sino porque nos quitamos morralla. Morralla en el sentido del compromiso y/o de la calidad en algunos casos. En verano vino gente flojita, no nos engañemos, pero con mejor actitud. De todos modos, lo que peor veo, y es fundamental, es el entrenador... Madre mía, con el voto de confianza que le llevo dando desde el principio de temporada, y cada vez me lo pone más difícil. Está mermando a todos y cada uno de los miembros de esta plantilla, con esa idea estúpida y moderna de morir con una estrategia. Ni que decir tiene que, ponga al delantero que ponga, lo va a terminar friendo. Porque con la filosofía ridícula del fútbol "preciosista" de los cojones, cuando no hay nivel suficiente, termina frustrando a todo el mundo. Tampoco digo yo que tengamos a Inzaghi, Ronaldo y David Villa, pero es que no le van ni a llegar balones para que puedan demostrarlo...
Los extremos son Konopliankas pero con menos mercurio en la sangre; niños muy rápidos que se caen cuando encaran. Lukebakio es el tuerto en el país de los ciegos. La defensa es un coladero municipal, pero en el que trabajan los chavales más comprometidos y con más huevos, y a los que les cuesta, como a mi amigo "el parra" del colegio, coger una a la primera. El centro del campo... es que no sé a qué juega el centro del campo ni cuál es la función de cada uno cuando tenemos el balón: Agoumé, Saúl, Sow, Peque (¿este por qué no juega? ¿qué le pasa a Pimienta con Suso?). No sé. Me estoy calentando conforme escribo esto, porque me parece tran frustrante, tan desesperante lo que llevo viendo, sobretodo, en las últimas semanas, un quiero y no puedo, un parece que hago algo pero no... que prefiero parar.
Tenía que soltarlo de alguna manera. Al menos, ya me he desahogado. Opiniones algo discutibles, supongo, extensibles en el aspecto deportivo. Quizás he trivializado muchísimo, del tema accionarial y en lo meramente futbolístico, pero creo que no merece la pena seguir. No soy ningún experto, ni leo mucho la prensa, ni estoy en "el ajo". Simplemente voy al fútbol, con un poquito de amor por el equipo y algo de Decencia.
Nunca nos entendimos
By : Alex González
Una copa de retirada.
By : Alex GonzálezPongamos que estamos en el bar de un hotel, céntrico, de lujo. El bar sirve cócteles - o cocktails-. No me importa porque yo no bebo. Pero pongamos que esa noche -porque era de noche, después de un partido- estaba bebiendo un cóctel exclusivo que el barman sólo me prepara a mí. De fondo, sonaba un piano y algún instrumento más, interpretando canciones de jazz suave, en plan "chill out" que se dice ahora. Era el hilo musical que salía por unos altavoces discretos, puestos en las esquinas del bar. El camarero -barman dije antes para darle cierto toque snob- llevaba la típica chaquetilla blanca de estos sitios tan elitistas, y llevaba un rato recogiendo las mesas, limpiando la barra y organizando cosas en el almacén de dentro. Ya no quedaba nadie salvo yo en el bar. Quedaba poco para cerrarse. Miré la hora en el Viceroy que me regaló hace unos años mi mujer, casi ex-mujer a cuenta del fútbol. Era tarde. Muy tarde.
-Menos mal que te has quitado la chaqueta verde. Vaya si era fea.
-Pero yo el verde lo llevo dentro, don Alejandro.
-Sí, por eso eres tan feo.
Se rió con mi comentario. Volví a agachar la cabeza y a mirar el fondo del vaso con lo que quisiera Dios que llevase aquél cóctel exclusivo. Alguien llegó por detrás y se sentó en la banqueta alta de al lado.
-Póngame lo mismo que al caballero.
El camarero me miró buscando aprobación, para que tuviera mi permiso y poder reproducir el mismo cóctel a otra persona. Asentí con un breve gesto, sin levantar demasiado la cabeza ni apartar la vista del interior del vaso. Su voz sonaba de fuera, como de Castilla.
-¿Qué ha pasado al final?- pregunté sin mucho interés.
-Pues lo que tenía que pasar.- me miró y esbocé una ligera sonrisa, soltando un pequeño gruñido simulando un "Entiendo".
-¿Qué quieres que haga? Hasta que no entren en dinámica los nuevos delanteros, aquí no hay quien tire entre los tres palos...
-Ya te lo avisé. Por lo menos esta vez teníamos portero...
-Sí, joder, y veinte mil ocasiones para meter un gol de mierda. ¡Y vaya presión metéis en este pueblo!- parecía desesperado.
-Señor Machín, sé que para uno de Soria esto puede ser el caos más absoluto: la ciudad, el club, la afición... aquí estamos locos. Lo sé, lo sabemos. Como una puta cabra. Poco a poco irá sabiendo cómo funciona todo, no es fácil. Lo comprendo. Pero tenga una cosa clara: los locos somos nosotros, la grada. No se engañe con lo que suene en sus despachos, lo que le digan, lo que le vendan... bah, pase. Usted oiga a la grada. Puede que la mayoría no tenga ni puta idea de fútbol. Casi nadie sabe. Pero tienen una cosa muy clara: el escudo no se mancha. No sé qué conocerá de otros clubes y de otros sitios, esto es otro mundo, esto es Sevilla.
-Me lo avisaron.
-Entonces le habrán avisado que el NON PLUS ULTRA lo inventamos aquí. No hay más allá. Morirán con su idea, con su equipo, en su estadio. No les toque los cojones, coja una espada y vaya con ellos, pero nunca contra ellos.
-Lo critican todo.
-Sí, es una mierda, pero funciona. Mucha gente ha fracasado aquí por tanta exigencia, pero ya le aviso sobre lo que ha visto esta noche: una celebración desbordada por llevarse más de doce años sin ganar un derby en su campo. Después les toman por el pito del sereno y en menos de un mes pasas de Campeón de Europa a triste colista conformista. Aquí se pide sangre si no se consiguen metas. Ya te he dicho que la mayoría de los que critican no tienen ni puta idea de fútbol. Téngalo en cuenta y sepa muy bien diferenciar las voces. Pero le insisto, vaya a muerte con la grada. Y déjeselo claro a los chavales.
Volví a girarme, el consejo o advertencia me dio sed. Di un nuevo trago y estuvimos un rato en silencio. Él me miraba cada dos por tres, como queriéndome decir algo que no se atrevía. Yo levantaba la mirada de vez en cuando y clavaba mis ojos en las botellas de ginebra que había en la estantería de detrás de la barra. Localicé el equipo de música que conectaba con el sonido ambiente. Por un momento sentí las ganas de saltarme la barra y arrancar el dispositivo de una patada, para callar al puto piano. Pero entendí que esa musiquilla le daba cierto glamour a la conversación y a la escena, al más puro estilo de una película de espías o de fugitivos de los años 40 estadounidenses.
-¿Has pensado ya lo que te dije?
Sabía que me lo preguntaría. Seguíamos mirando a los vasos. Yo tenía el mío entre las manos, tocándolo levemente con la punta de los dedos. Él tenía los brazos cruzados y los codos apoyados en la barra, parecía que quería mover el vaso sólo con la mirada.
-Sí, sigo sin querer volver, señor Machín.
-Sólo serían unos meses, mientras me hago con el equipo y la ciudad.
-Para eso están Joaquín y Carlos.
-Demasiado profesionales, demasiado sevillistas.
-¿Yo no lo soy?
-No lo sé, tú no cobras por fútbol. Ellos sí.
Sonreímos y le tuve que dar la razón. Entonces, en un nuevo silencio, sonó el chasquido del hielo en mi vaso, se derretía y se iban acomodando los cubitos en el fondo.
-Ya estoy casado, señor Machín. Casado y cansado. Quiero ver los toros desde la barrera, Ya sabe que aquí somos muy aficionados a los toros, ¿verdad?
-Sí, lo sé. Pero eso, "desde la barrera"...- asentí nuevamente con un gruñido.
-Deja lo de los aviones, sólo un tiempo, seguro que lo entienden en tu empresa.
-No, yo soy ingeniero, señor Machín, lo del fútbol ya pasó. Adiós, aquí esta mi pizarra, mis fichajes y el que quiera que me pida los petos, que los tengo hasta lavados y planchados.
-No sabes lo que te pierdes.- me advirtió Pablo.
-Sí, lo sé, por eso prefiero verte desde fuera. Leer Twitter, reírme, utilizar palabrotas cuando un sinvergüenza nos robe un partido, odiar otros escudos...
-Algún día volverás y el Sevilla será tu casa.
Me bajé de la banqueta y recogí mi chaqueta. Hasta ahora no he dicho que, aunque hiciera calor, yo llevaba chaqueta porque era un sitio elegante, pero sí, llevaba camisa y traje, como Pablo. Solté un billete de diez.
-Esta vez pago yo.
-¿Ya te vas?
-Sí, demasiado tarde. Ah, una cosa antes de irme.
-Dígame.
-No quite nunca al Mudo Vázquez. El Mudo, señor Machín, el mudo es la clave.- decía mientras me alejaba con la chaqueta al hombro y la mirada de Pablo Machín en mi espalda.

El 11 o el 13.
By : Alex GonzálezLentillas al canto, porque las lupas podrían pegarse un carajazo cuando celebrara un gol en mitad de los Biris (sí, tíos, yo era un malote cuando era un teenager). Sudadera de Umbro, calentita, con más años que un bosque y con cremallera metálica que me metía en la boca durante todo el camino con tal de no hablar ni con mi madre. Después la sustituyó una Joma, que todavía me sigo poniendo, con su cremallera más blandita, como de silicona. Hace más agradable la mordida. Bonobús que al menos tenga dos piques por gastar, con transbordo, que yo era un niño de barrio. Y hora y media antes del partido ya estaba el menda bajando las escaleras de dos en dos. Portazo con la bufanda en la muñeca y a esperar el autobús. Me daba igual el 11 o el 13, ya veré dónde cogería el C1, pero el primero que viniese es al que me subía.
Pesimismo ninguno. Amaba a Caparrós. Amaba mis colores. Mi escudo. Y non plus ultra. Sentado en la grada, un huevo antes de tiempo, soportando el “I punto publicidad”, “It’s my life” de Bon Jovi y diecisiete “Tecafil tiene la solución”, además de los versionados perfectamente y de manera brillante por mis compañeros de grada con aquel “Benjamín tiene la solución”.
Salen a calentar los porteros. Monchi, Olsen, Notario, Esteban… Salen a calentar los jugadores rivales. Algún que otro abucheo. Alguno más fuerte de lo normal si se trata de un exbético. Enormes clases de zoología y de coaching sobre la madre del árbitro. Pelaba pipas cuando me acordaba de comprarlas.
Se acabó el partido. Normalidad absoluta. Con la cabeza más metida de la cuenta en la sudadera era señal de un 2 en la quiniela. Con las manos en los bolsillos de la sudadera, sobresaliendo la bufanda que seguía amarrada en la muñeca, señal de que había sido una humillación. La Victoria no hacía falta suponerla en mi cara. Parada del 13 en el Hotel Macarena. Parada del 11 en el Bazar España. El 13 me gustaba más, pasaba con más frecuencia. Había más personajes.
Pues tío, yo a estas alturas de julio voy a la taquilla con los ojos cerrados. Bueno, ya lo hago por internet por si me toca la camiseta. Y me da igual cómo sea. La prefiero blanca, como todas las que tengo, salvo la azul marino con el cuello blanco. Y el escudo, que venga el escudo, la razón de todo. Porque esa es la razón, el escudo. Paso de fichajes, de entrenadores y de su puta madre. Los conoceré o no, me gustarán o no, pero ilusionar me ilusiona cada nueva temporada, porque es el Sevilla FC. Porque es mi equipo. Y me ilusiono como en los últimos 19 años de carnet y los 6 ó 7 anteriores, que uno empezó por el 94 a conocer el fútbol con cierto sentido y desde entonces no me he bajado del burro. Y si empecé con Maradona, Suker, Zamorano o Buyo, después me tragué más de un Camacho de entrenador y un Marinakis, Machlas, Axel o Casagrande de portero. Que daban vergüenza hasta verlos en el FIFA 97 en la Mega Drive y prefería editarlos y ponerles el nombre de mis compañeros del colegio. Conmigo como delantero estrella, claro está. Hasta los amistosos me ilusionan en verano. Que los de Rota estaban graciosos, pero los amistosos en el Emirates de Londres me hacen más gracia. Amaba el Carranza y el Colombino, con premio. Pero se los cargaron. Nunca caímos bien por allí, pero nos invitaban porque necesitaban el dinero de los veraneantes. La gente se vende fácil cuando es un ruina envidioso. Llegaron las previas y las Supercopas y esos torneos ya no tenían ni a gente de la mitad alta de Primera División. Fuera torneitos chorras. Ahora con los Grandes. Más ilusión al saco.
Ilusión. Pues claro que tengo ilusión, cojones. Como cada año. Ahora ven, cuéntame todos los rollos que quieras y déjame que me vaya a la grada, que esto empieza ya y en Gol Norte, mientras que pueda, estaré viendo al Sevilla FC. Callaito, como siempre, disfrutando y sufriendo a partes iguales, pero callaito. Eso es, callaito. Estarse callaito y mira p’alante. Nuevo Sevilla FC, nueva temporada, pues a ilusionarse, como siempre.
Catastrofismo sevillista.
By : Alex González![]() |
Foto de futbolsapiens. |
La marcha de Monchi también ha sido otro punto negativo de la temporada. Triste, más que negativo, puesto que la continuidad de gente como Óscar Arias y del resto del grupo de trabajo en la Dirección Deportiva hace que, al menos yo, siga siendo positivo y optimista con los planes del Sevilla FC para el próximo año. Puede que no sea lo mismo en el aspecto de “negociador” –aunque aún no se sabe-, pero esta cuadrilla sevillista del “mercado” se sabe mover como nadie por ese mundo, así que no me extrañaría que la cosa siguiese igual. Este movimiento puede que desequilibrara un poco más la cosa.
El mamoneo del Presidente con Los Biris enturbia otro poquito el ambiente. La plaza de toros en la que se convirtió nuestro estadio durante muchos partidos no es que consiguiera animar demasiado a los futbolistas en partidos claves, ahondando un poco más en el desánimo de los jugadores. Gracias a las intercesiones divinas y al sagrado vete tú a saber qué, ambos llegaron a un acuerdo: Todo sigue igual y la hemos liado pero bien, los dos. Cuestión de egos. Yo siempre he dicho que si mi equipo lo está pasando mal, a mí me importa un carajo quién está en la directiva o en el banquillo, yo me partía los cuernos animando y empezaba una pañolada o un abucheo cuando los partidos acabasen. No antes. Pero como esto ya es política también, pues parece que ceder una mijita es perder y ya el Sevilla FC es importante pero como medio o instrumento, no como símbolo.
Catastrofismo. Lo puse al principio. Porque veis que sólo he puesto cosas malas, ¿no? Pues toda la liga entre los 4 primeros. Toda. En Champions echándole huevos a la Juventus (finalista de la competición), al Lyon (semifinalista de la Europa League) y al Dinamo de Zagreb. Mostrando cuando quisimos un fútbol espectacular, de lo que ahora se llama preciosista. Pues nada. Catastrofismo.
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Foto de abc.es |
Y a las puertas de un nuevo final de liga, clasificados para la Champions prácticamente (al menos en fase previa), me gustaría brindar por un nuevo año exitoso. Sí, tío, es exitoso, cojones. Mirad la puntuación, mirad la plantilla, mirad nuestras constantes aspiraciones… Es éxito.
Iacta Alea Est
By : Alex GonzálezO como se ha difundido a través de los tiempos "Alea Iacta Est". La suerte está echada.
Dicen que estando Julio César a caballo en la Galia, justo en la frontera con la península itálica, y cruzando el río Rubicón, el célebre emperador pronunció esas palabras cuando vio que ya era definitivamente inevitable el enfrentamiento civil con Pompeyo. El hecho en sí no fue tan destacable, pero el río marcaba la frontera entre la provincia donde César tenía poder sobre sus tropas e Italia, a donde no podía acceder más que como un ciudadano normal sin poderes militares.
Cuando Pompeyo se enteró de la noticia, intentó trasladar su Corte y el Senado a Grecia huyendo de la posible enfrenta. En apenas tres meses, Julio César se hizo con Italia entera y, en vez de perseguir hasta Grecia a Pompeyo, retrocedió sobre sus pasos y llegó hasta la actual Lérida, donde derrotó a uno de las tropas de Pompeyo que quedaron rezagadas del ataque comenzado en la Galia.
Julio César se atrevió a dominar en un terreno que le estaba vetado. El triunvirato de Pompeyo, Craso y Julio César impedía que ninguno de los tres tuviera ambición y ansias de poder sobre las provincias gobernadas por cualquiera de sus compañeros. Pero se atrevió. Basta ya de dominar y guerrear en las inhóspitas tierras galas, donde los helvecios, arvernos y heduos le complicaban la vida sin parar al futuro dictador y emperador Julio César, para aumentar la grandeza y el orgullo de Roma, mientras Pompeyo vivía tranquilamente y aumentando sus arcas familiares sin moverse de su residencia en la Roma del 50 a.C.
Quizás porque por nuestras tierras también nacieron emperadores romanos o porque las lobas de nuestra ciudad amamantan a futuros legionarios hispalenses, hubo quienes se atrevieron a poner la pica en Flandes -ahora nos hemos movido más de mil quinientos años hacia adelante- y nos atrevimos a destrozar un triunvirato injusto y mal repartido.
Quizás por tantos años de gloria por Europa sin ser reconocidos en casa, en nuestro propio país, algunos nos cansamos y fuimos capaces de decir basta.
Entramos en tierra prohibida y, aunque muchas veces se libren y sobrevivan de las sangrientas batallas, ya temen de la actitud y la fiereza de las tropas hispalenses. Ya saben de nuestra entrega. Ya conocen nuestros pilums y nuestros scutums. Ya les quitamos terreno y provincias, ya no entran fácil por nuestra tierra y nos miran por encima del hombro; ya nos miran de "reojo" y nos respetan. Todo porque nos atrevimos a adentrarnos en terreno vetado.
Es la Supercopa de España otra provincia que verá nuestras tropas hambrientas de triunfos y victorias. Lo fue la Supercopa de Europa, aunque la derrota se nos presentara de forma tan cruel. Y si nuestro país no es capaz de reconocer el mérito que tiene nuestra lucha y nuestra causa es por la sencilla razón de que es más fácil vivir siendo un plebeyo al servicio del más tirano de los emperadores que tener que luchar cada vez que quieran quitarnos un trocito de nuestra gloria.
Ahora no, queridos rivales, ahora miraremos desde nuestro balcón de Itálica cómo nuestras legiones de soldados pelean y dignifican el nombre de Híspalis. Os disputaremos cada palmo de terreno, cada minuto que quede por pelear, la gloria tiene que ser nuestra. Y si no, seguiremos preparados para la próxima batalla.