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Posted by : Alex González jueves, 11 de mayo de 2017



Este año me he cubierto de gloria. Si miráis cuál fue mi última “contribución” al blog os daréis cuenta que hablaba de la Supercopa de Europa, en agosto. Con dos cojones. Me he pasado una liga entera prácticamente sin hablar del Sevilla FC. Ni de nada. Y eso que este año hemos tenido Champions, hemos pasado a Cuartos de final, hemos disfrutado arriba del todo, y volvemos a disfrutar de Europa el año que viene –no sé cuántas temporadas llevamos ya seguidas, creo que no merece la pena ni contarlas-. Horrible mi actitud de pasotismo bloguero. Y el otro blog puede que tenga algo más escrito, pero tampoco me he partido los dedos tecleando… https://elblogdealexgonzalez.blogspot.com. Vergonzoso.

Bueno, pues empecemos hablando de una nueva maravillosa y bonita temporada, o a grandes rasgos, de lo que hemos ido viviendo por nuestra Bombonera, en la que hemos contado muchísimos triunfos, un año más. Sin embargo, el final de temporada ha sido una mijita agrío. Creo que por ese ambiente endiosado que ha rodeado a Sampaoli y que finalmente se rompió como una copita de cristal cuando caímos contra el Leicester y cuando nos alejamos del liderato poco a poco, tras un par de meses de carajote, perdiendo partidos absurdos. Mucha gente se ilusionó con ganar la liga, una liga trucada, falseada y preparada sólo y exclusivamente para dos de los equipos que participan en esta gran mentira multimillonaria.

Foto de futbolsapiens.
Las palabras de Sampaoli siempre invitaban a ello, pero eran las palabras de un entrenador sin experiencia en España, ni siquiera en Europa, que no sabía cómo iba esto y que pensaba que con su mentalidad y la “colonización de las mentes” de los futbolistas, como él mismo dijo, iba a conseguir darle caza a las dos bestias tramposas de arriba del todo. La cosa empezó para comerle los huevos al argentino, y sería injusto culpar al entrenador sólo y exclusivamente de la caraja del equipo en ese tiempo en el que decaímos torpemente. Pero es fácil culparlo cuando nos engañó con un fútbol tan maravilloso en la primera vuelta -te puede gustar más o te puede gustar menos, pero ofensivo, valiente y ganador lo era con diferencia- y empezar el mes de febrero con un fútbol totalmente contrario a su filosofía de juego y los rumores de la Selección Argentina revoloteando por su alrededor. Lo peor es que él nunca desmintió que se fuera a quedar o marchar. Esa inquietud o esa indecisión no es buena en ningún equipo de trabajo, en cualquier modalidad profesional. En esta menos, donde hay tanta gente opinando, le gustase o no a este entrenador.

La marcha de Monchi también ha sido otro punto negativo de la temporada. Triste, más que negativo, puesto que la continuidad de gente como Óscar Arias y del resto del grupo de trabajo en la Dirección Deportiva hace que, al menos yo, siga siendo positivo y optimista con los planes del Sevilla FC para el próximo año. Puede que no sea lo mismo en el aspecto de “negociador” –aunque aún no se sabe-, pero esta cuadrilla sevillista del “mercado” se sabe mover como nadie por ese mundo, así que no me extrañaría que la cosa siguiese igual. Este movimiento puede que desequilibrara un poco más la cosa.

El mamoneo del Presidente con Los Biris enturbia otro poquito el ambiente. La plaza de toros en la que se convirtió nuestro estadio durante muchos partidos no es que consiguiera animar demasiado a los futbolistas en partidos claves, ahondando un poco más en el desánimo de los jugadores. Gracias a las intercesiones divinas y al sagrado vete tú a saber qué, ambos llegaron a un acuerdo: Todo sigue igual y la hemos liado pero bien, los dos. Cuestión de egos. Yo siempre he dicho que si mi equipo lo está pasando mal, a mí me importa un carajo quién está en la directiva o en el banquillo, yo me partía los cuernos animando y empezaba una pañolada o un abucheo cuando los partidos acabasen. No antes. Pero como esto ya es política también, pues parece que ceder una mijita es perder y ya el Sevilla FC es importante pero como medio o instrumento, no como símbolo.

Catastrofismo. Lo puse al principio. Porque veis que sólo he puesto cosas malas, ¿no? Pues toda la liga entre los 4 primeros. Toda. En Champions echándole huevos a la Juventus (finalista de la competición), al Lyon (semifinalista de la Europa League) y al Dinamo de Zagreb. Mostrando cuando quisimos un fútbol espectacular, de lo que ahora se llama preciosista. Pues nada. Catastrofismo.
Esa es la esencia del sevillismo actual, sobre todo en las redes sociales, da pena leernos. Pareció durante unos meses que íbamos a 2ªB del tirón, peor que las criaturitas que, un año más, vuelven a saborear las delicias de la derrota en un derbi (por duplicado esta vez). ¿Por qué somos así? ¿Somos carajotes o qué pasa? ¿No sabemos disfrutar de las cosas? ¿De verdad que los medios de comunicación pueden influir tanto en la opinión de la gente? En fin, catastrofismo infundado. Mejor dicho: desenfundado.
Foto de abc.es

Y a las puertas de un nuevo final de liga, clasificados para la Champions prácticamente (al menos en fase previa), me gustaría brindar por un nuevo año exitoso. Sí, tío, es exitoso, cojones. Mirad la puntuación, mirad la plantilla, mirad nuestras constantes aspiraciones… Es éxito.
Disfruten de lo que queda, que merece la pena, dejen el catastrofismo.

Nota: Sería absurdo decir que voy a escribir otro artículo antes de que acabe la temporada, porque si me tomo el mismo tiempo que para este... a lo mejor hablo de la Copa por Diciembre. Bueno, ya veremos, disfruten. Y gracias por visitar mi blog y leer este post!

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